Cuando el bebé empieza a desarrollarse en el interior del útero de la madre, puede detectarse a partir de los parámetros de concordancia con las semanas de gestación un crecimiento insuficiente o excesivo. Cuando se da el primer caso, se dice que el feto presenta un crecimiento intrauterino retardado (CIR).

Las causas de esta situación pueden estar relacionadas con la madre, debido a una mala nutrición, hipertensión arterial, una enfermedad crónica, un mal funcionamiento de la placenta o el consumo de alcohol, tabaco y la ingesta de cualquier droga durante la gestación.

Pero un CIR también puede ser debido a problemas en el propio feto, en el caso de que padezca una alteración cromosómica o una infección viral. Aún así, en la gran mayoría de los casos, no se puede constatar de forma fidedigna cuál ha sido el motivo del crecimiento intrauterino retardado.

El diagnóstico del crecimiento intrauterino retardado.


Antes de la llegada de la tecnología actual, los ginecólogos controlaban el crecimiento fetal midiendo la circunferencia de la cintura, un método con un elevado porcentaje de error. Posteriormente se medía la longitud del útero, más exacto que la medición de la cintura y gracias al cual se conseguía diagnosticar el 70% de los casos de CIR.

Durante un tiempo, también se relacionó el crecimiento fetal con la concentración de algunas hormonas como el estriol y el lactógeno placentario en sangre, pero pronto se descartó este método.

Actualmente, el mejor método para diagnosticar un CIR es la ecografía. Así, cuando un feto no está creciendo al ritmo adecuado, puede estudiarse su evolución para disponer de un correcto diagnóstico.

De esta manera, el control del crecimiento fetal permite comprobar la evolución de los datos que se muestran en las ecografías realizadas durante las visitas ginecológicas propias del embarazo.

Algunas de las medidas que permiten controlar el CIR son: el diámetro biparietal (aunque cuando el CIR es asimétrico, esta medida será inútil), las medidas abdominales (normalmente la circunferencia abdominal) y la longitud del fémur (no es tan útil, pero se utiliza para determinar la edad gestacional del feto). Por último, la relación entre las medidas es importante, siendo el estudio del cociente de la circunferencia cefálica entre la circunferencia abdominal el más eficaz. En los casos de crecimiento intrauterino retardado simétrico, la ecografía permitirá identificar la causa en posibles malformaciones congénitas o anomalías cromosómicas.

Por otro lado, cabe mencionar que una vez diagnosticado el crecimiento fetal insuficiente, otras observaciones pueden determinar dónde se localiza el problema exactamente. Así pues, mediante una ecografía es posible observar en qué estadio se encuentra la placenta según lo avanzada que esté la gestación, así como observar el volumen de líquido amniótico o el peso fetal.

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