Tras más de dos años de debates y trámites parlamentarios, el pasado tres de agosto se aprobó en el Senado de Italia la nueva Ley de Competencia nacional que, en lo que respecta al sector farmacéutico, de ahora en adelante permitirá la entrada de capital no profesional en la propiedad de las oficinas de farmacia.
Esta medida, que contó con 146 votos a favor y 113 en contra, fue publicada el 14 de agosto en la Gazzetta Ufficiale della Repubblica Italiana y afecta también a otras profesiones como la abogacía y la ingeniería.
Capital externo y sin límite de participación
El modelo farmacéutico italiano, al igual que el español (encuadrados ambos en el modelo mediterráneo) tienen como principal característica de su regulación que la propiedad y titularidad de boticas recaiga exclusivamente en los farmacéuticos. Sin embargo, ahora en Italia, la propiedad se abre a capital no profesional y sin límite de participación.
Hay que recordar que en los inicios de los debates de esta norma se planteó la opción de que las participaciones de capital no profesional de las boticas tuvieran un límite, para que el capital aportado por los farmacéuticos siempre fuese mayoritario. Sin embargo, esta posibilidad se fue diluyendo en las múltiples modificaciones del texto.
Es decir, cualquiera que no sea farmacéutico podrá invertir en este sector, lo que supone una liberalización parcial del sector. A pesar de ello, aunque el capital de la farmacia provenga o no de un farmacéutico, la dirección de la botica deberá recaer en un farmacéutico licenciado. Otra de las limitaciones de la nueva ley es la incompatibilidad de la propiedad con el ejercicio de la Medicina y de la industria farmacéutica.
La nueva norma también contempla otras limitaciones, como el hecho de que una única empresa solo podrá tener hasta el 20% de las farmacias de toda una región (antes de ello los farmacéuticos podían formar sociedades con las que agrupar hasta un máximo de cuatro boticas).
A pesar de esta liberalización parcial del sector, los criterios de la cobertura territorial farmacéutica (en cuanto al número y apertura de nuevas boticas) se mantienen igual, si bien esta ley otorga libertad a la farmacia para establecer el horario de apertura (previa comunicación obligatoria a las autoridades sanitarias y corporaciones farmacéuticas).
Los farmacéuticos, en contra de la nueva ley
Lo que parecía una mejora para el sector no ha agradado demasiado a sus profesionales. Y es que la Orden Nacional de Farmacéuticos (Ordine Nazionale dei Farmacist, FOFI) ya ha manifestado su malestar ante la nueva ley. Consideran que “penaliza la acción profesional y allana el camino al oligopolio”.
Esta organización farmacéutica opina que el hecho de que las boticas ahora vayan a estar sujetos a las normas del mercado pondrá en riesgo la calidad del servicio farmacéutico, actualmente caracterizado por el acceso equitativo e igualitario de la población a los medicamentos.
De esta manera, la Orden Nacional de Farmacéuticos critica que con la nueva medida, cinco grupos empresariales (cadenas) puedan llegar a controlar la totalidad de las farmacias italianas, poniendo también en peligro a la misma ley de Competencia.
Por su parte, el presidente de Federfarma (la máxima entidad farmacéutica italiana, equivalente al Consejo General español), Marco Cossolo, ha anunciado la intención de trabajar en un proyecto similar a una “red de redes” entre las farmacias independientes para favorecer la relación entre ellas y que puedan competir con los nuevos inversores.
En España el modelo mediterráneo no ha sufrido modificaciones y el capital farmacéutico no pasa por inversores externos a la profesión. ¿Creéis que la nueva normativa favorecerá al sector o la nueva competencia entorpecerá la sanidad italiana? ¿Debe el Senado español seguir los pasos de los italianos o las boticas españolas funcionan bien con el modelo vigente?
