Opciones terapéuticas.

El objetivo primordial es erradicar el parásito del huésped afectado. Las principales características de un preparado pediculicida deben ser:

- Poseer poder pediculicida y ovicida: debe de poder matar no solo al piojo, sino también los huevos no eclosionados. 

- Acción potente: que consiga su acción con el número mínimo de aplicaciones.

- Seguro: que carezca de efectos secundarios.

- Actividad residual protectora: una vez aplicado, además de realizar su efecto, confiera protección frente a posibles nuevas exposiciones. 

- Discreto y cosmetológicamente correcto. 

- Fácil de aplicar y económico. 

 

Las alternativas se pueden clasificar en tres grandes grupos:

- Insecticidas y/u ovicidas: con acción química (neurotóxicos) y acción física.

- Eliminación mecánica, manual. 

- Tratamientos alternativos.

Insecticidas y/u ovicidas neurotóxicos.

Este grupo de pediculicidas, solo debe utilizarse en caso de infestación, puesto que su única misión radica en eliminar al parasito del hospedador. No deberán utilizarse como preventivos por sus posibles efectos secundarios derivados de la aplicación de alguno de sus compuestos, y por la posibilidad de la creación de resistencias. 

Existen cuatro grandes familias: piretrinas, organofosforados, hidrocarburos clorados y carbamatos.

- Las piretrinas, una de ellas la permetrina, está considerada hoy en día el tratamiento pediculicida de elección, ya que es activa tanto sobre adultos como sobre ninfas y liendres. Esta familia actúa en el sistema nervioso del insecto, lo que altera los canales de sodio de sus membranas celulares y provoca en un primer momento hiperactividad y descoordinación, seguido de parálisis y muerte del parásito. Se pueden aplicar incluso en niños de corta edad, ya que presentan buena tolerancia cutánea. Una forma de potenciar y prolongar su efectividad es añadiendo a la formulación butóxido de piperonilo, que no tiene acción pediculicida en sí, pero es capaz de inhibir el citocromo P-450, la enzima responsable de la eliminación de los piretoides en el parasito. Su administración conjunta también enlentece la aparición de resistencias. Es recomendable que se repita la aplicación 10 días después de iniciado el tratamiento, para asegurar que se cubre todo el ciclo biológico del parasito. 

 

- El mecanismo de acción de los organofosforados provoca la parálisis del ectoparásito. Este compuesto es capaz de inhibir irreversiblemente la acetilcolinesterasa del insecto, lo que impide la formación de acetilcolina, neurotransmisor necesario para que se efectúe la transmisión del impulso nervioso. Las desventajas; para conseguir la total erradicación es necesario prolongar el tratamiento unas 3 semanas, y es fácil que en tratamientos prolongados se provoquen irritaciones, con lo que, no se recomienda su aplicación a menores de 6 años.

 

- Los hidrocarburos clorados han sido muy utilizados en el tratamiento de las pediculosis, pero actualmente se hayan muy limitados dado el riesgo existente de absorción sistémica y aparición de efectos secundarios.

 

- El mecanismo de acción de los carbamatos también reside en su capacidad de inhibir la acetilcolinesterasa, aunque sensiblemente con menos intensidad. No deben utilizarse en formas pulverizadas, ya que su toxicidad es importante si se  inhala. 

Es importante concienciar al usuario de la necesidad de seguir correctamente las pautas de aplicación, duración y dosis que hay que emplear, pues un mal uso provoca una deficiente respuesta del parásito al tratamiento, y por tanto la creación de resistencias.

Insecticidas y/u ovicidas de acción física. 

Este tipo de insecticidas eliminan el piojo sin crear resistencias ni causar efectos nocivos al hospedador. 

Las formulaciones a base de siliconas, dimeticonas, radican su actividad en el bloqueo de los espiráculos del piojo por el componente activo del pediculicida, que encapsula totalmente al parásito. En esta situación el piojo es incapaz de expulsar el agua que obtiene a través de la sangre succionada del hospedador y su intestino colapsa. Debe repetirse la aplicación transcurridos 7 días para asegurar la efectividad del tratamiento. Las preparaciones son inodoras, fáciles de aplicar y no irritantes, por lo que resultan adecuadas para bebés, niños de corta edad, embarazadas y lactantes, personas con cuero cabelludo sensible…

Los derivados del aceite de coco son naturales, eficaces y seguros, inocuos para el cuerpo humano, no irritantes y que por su mecanismo de acción evitan que se creen resistencias. Debe aplicarse en seco, ayudado de un masaje y de forma que cubra la totalidad del cabello un tiempo mínimo de 15 minutos, tras lo que se aclara con agua templada y se peina el cabello de forma minuciosa con la lendrera. Para maximizar la efectividad del tratamiento, debe repetirse a los 7 y 14 días para interrumpir el ciclo vital del parásito.

Eliminación mecánica, manual.

Está considerada como una medida complementaria al tratamiento químico de la infestación y consiste en la eliminación de las liendres adheridas al cabello mediante el peinado con un peine especial de púas estrechas o lendrera. Las principales ventajas de este método son que un mismo acto se convierte en proceso de detección y de eliminación del parásito, es totalmente inocuo, puede realizarse con frecuencia sin riesgo a posibles efectos secundarios, es barato y no causa ningún tipo de resistencias. 

 

Tratamientos alternativos. 

Cada vez son más frecuentes y entre ellos podemos citar los preparados formulados a base de aceites esenciales, como la lavanda, el árbol del té o margosa entre otros. También existen lendreras eléctricas que electrocutan al piojo. 

Los aceites esenciales más extendidos comercialmente son el Aceite del árbol del té, el de Lavanda, Geranio, Anís, Ylang-ylang. El que mayor eficacia ha demostrado es el árbol del té tanto a nivel de tratamiento como profiláctico, aunque es necesario a concentraciones bastante elevadas. Aun así, carecen de suficientes estudios como para ser considerados una alternativa a otros activos recomendados por la OMS o probados por histórico y/o con múltiples estudios in vivo. 

Se dice que su eficacia repelente se basa en que los piojos son atraídos a nosotros debido a nuestro olor humano distintivo, y estos aceites esenciales son capaces de “esconder” el olor humano. Su mecanismo de acción insecticida no se conoce en profundidad, pudiendo ser bien por recubrimiento, o mediante mecanismos químicos similares a los de los pediculicidas clásicos. 

Otro remedio clásico usado durante bastante tiempo consiste en usar vinagre diluido como complemento del tratamiento, por la capacidad del acético de disolver el cemento que permite la fijación de la liendre al pelo, que luego podrá ser eliminada mediante el cepillado. Los champuses formulados con vinagre también dificultan la adherencia de las liendres al pelo.

Las lendreras electrónicas son una buena opción a considerar, actúan electrocutando a los piojos a través de una corriente ligera. Los dientes del peine son de metal y la corriente eléctrica ayuda a empujar a los piojos hacia ellos, donde mueren instantáneamente. Al ocurrir esto, se puede escuchar un sonido y se deberá remover el piojo muerto. Debe utilizarse con el cabello seco para que funcione correctamente. El inconveniente de este dispositivo; no mata las liendres, o huevos del piojo. Las liendres tendrán que ser removidas por otros medios antes de eclosionar o madurar. 

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