El riesgo de infectarse de salmonella ahora que se acerca el verano aumenta. Lo de cocinar bien los alimentos y llevar cuidado con los huevos (así como con las salsas que contengan este ingrediente) es un clásico. A ellos pueden sumarse ahora las ensaladas precortadas, tan recurridas durante todo el año para preparar un plato o un entrante rápido y bajo en calorías.

Un estudio de la Universidad de Leicester (Gran Bretaña) demuestra que los pequeños daños que se producen en las hojas de los vegetales de las ensaladas preparadas de bolsa puede fomentar la aparición de bacterias de “Salmonella enterica. Cabe recordar que el cultivo de los vegetales está expuesto a millones de bacterias a través de los insectos, animales u otras fuentes, aunque los brotes contaminantes de Salmonelosis por estas vías suelen ser poco frecuentes.

Además, el estudio también muestra que los jugos de agua que sueltan estos brotes duplican la capacidad de que las bacterias se adhieran al plástico en el que van envasadas, aumentando también el movimiento de éstas y fomentando la colonización de las hojas. En cinco días de almacenamiento, los científicos observaron cómo 100 bacterias de “Salmonella” se multiplicaban en 100.000 (aprox.).

Asimismo, también demostraron que los jugos de las hojas aumentaron la formación de biofilms (que generalmente surgen y se aferran a superficies como implantes médicos o a los dientes en forma de placa dental). En las ensaladas también los hay, son los de salmonella y son muy resistentes al lavado.

Otros estudios realizados con anterioridad demostraron que los jugos de la raíz atraen la salmonella. Y es que es durante la germinación de los brotes cuando las bacterias pueden conseguir multiplicarse y una vez dentro de la planta, no hay manera de eliminarlas, advierten los investigadores. Además, afirman que este virus no sólo crece muy bien en las hojas de lechugas, canónigos o rúcula: sus hojas favoritas son las de las espinacas.

 

Algunas sorpresas...

Con salmonella o no hay que llevar especial cuidado con la comida envasada, sobre todo con aquella que nos venden bajo el lema “de la huerta a tu casa” y que afirman estar lavadas, ya que más de uno se ha encontrado alguna que otra sorpresa en forma de mosquito o de insecto. 

Aun así, especial trascendencia tuvo el caso de la ensalada “Florette” que también contenía proteínas. Hace años circuló como la pólvora por Internet una de estas bolsas de ensalada con una rana dentro. Algunos creyeron la historia. Otros dudaron de su veracidad. Cierto o no, lo mejor será seguir comprando vegetales y verduras frescas en el mercado de abastos o en los comercios de tu ciudad para asegurarnos de que no contengan ninguna sorpresa proteínica y de lavarlos con abundante agua en casa. 

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