No fumar en eventos sociales que conllevan algún tipo de celebración, como las bodas, bautizos, comuniones, cualquier otra fiesta que compartamos con la familia o amigos o las comidas y cenas de empresa supone un gran reto para ex fumadores recientes (cuya ansiedad ante la olor del tabaco será mayor que la de una persona que lleva años sin fumar) o para aquellos que se encuentran en proceso de dejar de fumar.
Los nervios y el estrés de los preparativos (en el caso de estas grandes celebraciones familiares) son un factor para que la ansiedad nos invada y nos aboque al deseo de llevarnos un cigarrillo a la boca. La presión social, el encuentro con personas que hace tiempo que no vemos, el mantener una conversación en la puerta del restaurante o de la iglesia, o de una noche de fiesta cualquiera también pueden conllevar que nos rindamos ante nuestro deseo de llevar una vida sin humos.
A veces se cree que por una simple calada o un cigarro no pasará nada. Pero nada más lejos de la realidad. Tras esa primera calada, vendrá otra más. La ansiedad puede con la voluntad en la gran mayoría de ocasiones, por lo que estos simples gestos pueden aumentar considerablemente el riesgo de recaer en el tabaquismo.
Los fumadores sociales son aquellos que fuman cuando acuden a eventos o fiestas en compañía de otras personas. En su mayoría suelen pensar que el consumo ocasional de tabaco apenas repercutirá en su salud. No es así, ya que el tabaquismo “intermitente” eleva la presión arterial y puede aumentar las infecciones respiratorias, el riesgo de obstrucción por colesterol, así como el de muerte prematura por enfermedad cardiovascular. Aquí van algunos consejos para evitar la tentación en dichos eventos:
1. Recuerda tu objetivo y síguelo
Las ansias por fumar duran unos minutos entre los que un ex fumador se debate entre encender un cigarrillo o no. Esto puede pasar más de una vez al día y no sólo en este tipo de celebraciones, por lo que es importante contar con la ayuda de la familia, amigos, pareja… y con el consejo del médico.
2. Tu entorno ha de saber tu objetivo
Cuéntale a tu entorno de confianza el propósito que te has marcado (dejar de fumar) para que eviten ofrecerte cigarrillos o acercarse a ti con ellos, es decir, para evitar la tentación.
3. Evita los grupos de fumadores
En la entrada de las celebraciones (para las misas de las comuniones, por ejemplo) la gente suele quedarse fuera charlando y fumando. Evítalo. Entra a la ceremonia e intenta disfrutarla. Del mismo modo, durante las comidas o cenas no te unas a los grupos de fumadores: en su lugar aprovecha para conocer gente o para bailar.
4. Mantén las manos ocupadas
Durante las preparaciones del evento es muy habitual que nos desborden el estrés y la ansiedad y con ellos, las ganas de fumar. Evítalo manteniendo las manos ocupadas con cualquier cosa que no sea un cigarro: un bolígrafo, por ejemplo, puede servir.
Para mantener a raya la ansiedad también puedes mascar chicle o tomar algún caramelo, además de confeccionar tarjetas motivadoras (sobre todo ahora que el "lettering" está tan de moda) para recordar tu propósito o con los consejos que te haya dado tu médico de cabecera o algún profesional sanitario.
5. Efectos antiestéticos
Recuerda los efectos antiestéticos que produce el tabaco: provoca mal aliento, amarillea las uñas y los dientes, empeora el aspecto del cutis y de la piel… Valora si dichos efectos nocivos sobre nuestra salud merecen la pena por cinco minutos de “placer”.
6. Da ejemplo a los pequeños de la casa
Los niños imitan todo (o casi todo) lo que observan. Si ven a los adultos fumar con total normalidad durante este tipo de celebraciones, verán en este acto un comportamiento normalizado y tolerado en la familia, lo que puede traducirse en que algún día acaben convirtiéndose en fumadores ocasionales y quizá más tarde lo acaben siendo a diario.
Tampoco es bueno convertir a los pequeños en fumadores pasivos. Esto puede tener consecuencias negativas en su salud respiratoria y cardiovascular, por lo que hay que pensar que no merece la pena exponerlos a tal peligro.
