Los antibióticos recetados comúnmente para tratar infecciones pueden interferir en la absorción del anticonceptivo

¿Cómo funciona la incompatibilidad entre antibióticos y anticonceptivos?

La incompatibilidad entre ambos reside en que existen ciertos antibióticos que interfieren en la capacidad de las píldoras anticonceptivas para inhibir la ovulación. Esto es preocupante, ya que muchas mujeres desconocen esta información y, por lo tanto, siguen manteniendo relaciones sexuales pensando que están protegidas ante un posible embarazo. Los antibióticos se recetan y se utilizan ampliamente entre la población, por lo que el riesgo de embarazos no deseados, debido al desconocimiento, es significativo.

La eficacia se ve reducida, debido a que hay antibióticos que dificultan la reabsorción del estrógeno, al reducir la flora intestinal. Además, los compuestos de ambos medicamentos se metabolizan en el hígado, donde pueden interactuar reduciendo la concentración de hormonas necesarias para la acción anovulatoria. Esto ocurre al obstaculizarse el funcionamiento de las enzimas hepáticas encargadas de metabolizar las hormonas esteroides. Consecuentemente, es recomendable que, durante el uso de estos fármacos, se emplee otro método anticonceptivo adicional, como el preservativo u otro sistema de barrera.

No obstante, es importante tener en cuenta que, durante el uso de antibióticos, se puede presentar un retraso del periodo o sangrado vaginal intermenstrual. Sin embargo, no puede relacionarse de forma invariable con una incompatibilidad entre el medicamento y anticonceptivo. Tampoco implica que exista como norma una disminución significativa de la concentración circulante de hormonas. Hay que recordar, sin embargo, que aún se requieren más evidencias científicas que confirmen las hipótesis de la interacción.

 

Interacciones con antibióticos de uso habitual

La penicilina y sus derivados, como la amoxicilina o ampicilina, se relacionan con una disminución de la eficacia de los anticonceptivos. Estos antibióticos se emplean profusamente para tratar infecciones de tipo bacteriano, como la bronquitis o neumonía. Se recetan de forma muy habitual también para el tratamiento de la otitis media. Las tetraciclinas, utilizadas en las infecciones con origen bacteriano, muestran cierta incompatibilidad. Se usan para tratar condiciones de la piel como el acné y afecciones de los genitales y del sistema urinario o las provocadas por úlceras estomacales. Asimismo, los antibióticos tan frecuentemente distribuidos y utilizados para tratar infecciones de las vías urinarias no complicadas, como la nitrofurantoína (que trata la cistitis), también pueden interferir en los mecanismos de acción de la anticoncepción hormonal.

No obstante, existen otros medicamentos cuya interacción con los anticonceptivos ha sido validada empíricamente en numerosos estudios, como es el caso de los antiepilépticos. Estos fármacos imposibilitan el uso de protección de tipo hormonal, teniendo la mujer que optar por otros métodos. Incluso, el paracetamol, cuyo uso está muy extendido, puede incrementar la absorción de una hormona comúnmente presente en las píldoras combinadas: el etinilestradiol. Por estos motivos, es importante siempre consultar con un profesional sanitario que conozca la existencia de posibles interacciones.

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