Chico que sufre de insomnio


¿Alguna vez te has preguntado qué sucede si dejas de dormir por completo?
En un primer lugar, lo primero que se te pasa por la cabeza, probablemente sea que es imposible, y en cierto modo es así, pero si alguien está en todo momento a tu lado vigilándote, y cerciorándose de que no duermes, quizás la cosa cambia.

Hoy vamos a contar una historia, una historia peculiar a la par que curiosa, hoy vamos a hablar de Randy Gardner, un chico normal y corriente que estuvo 11 días sin dormir.

¡Comenzamos!

Todo empezó un 27 de diciembre de 1964 en la ciudad de San Diego. Un grupo de 3 chicos, Bruce McAllister, Joe Marciano Jr y Randy Gardner tenían pensado participar en la Feria de Ciencias que se realizaba todos los años en San Diego. Durante varios días pensaron como participar, que podían hacer para ganar el premio, o al menos quedar finalistas, pero ninguno de ellos tenía una buena idea, hasta que, por un casual, se les ocurrió “LA GRAN IDEA”, superar el record de estar más tiempo sin dormir, en concreto el record actual estaba en 260 horas, record que alcanzó Dj Hawaiano en 1959.
Realmente no estaban seguros si iban a ganar el premio de la Feria de Ciencias, pero siempre podrían ganar el premio Darwin, ya que si la cosa se torcía (y no era muy complicado), Randy Gardner podría fallecer.

DÍA 1. Sin problemas.

Al día siguiente, el 28 de diciembre de 1964 comenzó su andadura en la aventura de batir el record de estar más de 260 horas sin dormir. Ese fue su primer día, y como es normal, todo fue correctamente.

Pensar que las consecuencias físicas, motoras y psicológicas de no dormir durante 28 horas seguidas son equivalentes a llevar una tasa de alcohol en sangre superior a la permitida para conducir. Muchos expertos comentan que se empieza a ver afectado el juicio, la memoria, la toma de decisiones, la coherencia y la coordinación una vez se superan las 24 horas sin dormir, igualmente, ¿quién no ha estado 24 horas sin dormir? Es algo lógicamente NO recomendable, pero no hay ningún tipo de problema si alguna vez lo has hecho, mientras que no se tome como una rutina, no tiene mayor importancia.

DÍA 2. Comienzan los problemas.

A pesar de que durante el primer día todo fue correctamente, el segundo día empezaron a cambiar las cosas. Gardner sentía mucho dolor en los ojos, tanto, que decidió desde ese día no volver a ver la televisión de las molestias que sentía. También le aumento la tensión arterial y desarrolló una astereognosis leve, influyéndole en la capacidad de distinguir la forma de los objetos.

Chico que le duele la vista y la cabeza

DÍA 3 y 4. Estados alterados y falta coordinación.

En su tercer día comenzaban a notarse la falta de sueño, principalmente por su estado, que era insoportable ya que tenía cambios de humor muy bruscos, dificultad para coordinar los movimientos e incluso para decir y hacer trabalenguas. Otros de los efectos que le empezaron a aparecer fueron nauseas, muchísimas nauseas.
En su cuarto día el mal humor era incontrolable, se irritaba a la mínima y se negaba a cooperar en cualquier cosa que se le decía.

Esto era una gran problema, no sólo para Gardner, que era el que estaba sufriendo todas esas alteraciones físicas y psicológicas por estar tanto tiempo sin dormir, sino que también era una gran problema para sus amigos McAllister y Marciano, ya que ellos eran quienes le ayudaban para que no se durmiera.
En este experimento que estaban realizando, estaba totalmente prohibido usar estimuladores como cafeína, teína o cosas por el estilo, para ello, y para que no se durmiera, lo tenían entretenido con juegos de mesa, le daban paseos e incluso lo acompañaban al baño para darle tema de conversación y que no se durmiera en el váter.
Conforme pasaban las horas, se volvía menos cooperativo, de manera que todo se volvía mucho más complicado, tanto para él como para sus dos amigos.

Esa misma noche, comenzó a tener lagunas de memoria y a sentir presión en la cabeza, como si algo le estuviera apretando fuertemente la cabeza. Pero aún no había llegado lo peor…

DÍA 5. Alucinaciones.

Eran las 3 de la mañana cuando Gardner y sus dos amigos salieron a dar una vuelta para despejarse. Era una noche fría, con mucha niebla. Gardner, influenciado por todos los días que llevaba sin dormir, empezó a tener alucinaciones, concretamente confundía las señales de tráfico con personas. Seguidamente, un cable se le cruzó por la cabeza, y comenzó a gritar “¡Yo soy Paul Lowe!”. Para aquellos que no lo sepan, Paul Lowe era un aclamado jugador de fútbol americano del sur de California, una estrella de los San Diego Chargers. Efectivamente su cerebro le empezaba a jugar malas pasadas, creyendo ser una persona que realmente no lo era.
Durante las siguientes dos horas (hasta las 5 de la mañana) estuvo totalmente convencido de ser quién realmente no era, al igual que también estaba totalmente seguro de estar a favor de la superioridad de los afroamericanos.

Las alucinaciones hipnagógicas continuaron durante todo el día (alucinaciones en las que no se diferencia la realidad del sueño).

Anteriormente, se habían realizado muchos experimentos con más de 100 pacientes, los cuáles llegaban a estar sin dormir entre 90-100 horas, sin llegar a superar las 100 horas, ya que como le estaba pasando a Gardner, el resto de personas también tenían alucinaciones muy intensas e incluso, en algunos casos, perturbadoras, llegando a asustar a investigadores. Pero ese no iba a ser el caso de Gardner, el superaría con creces las 100 horas, y sus 2 compañeros no se iban a echar para atrás, al contrario, permanecerían con él hasta el último momento.

Dibujo de una persona que tiene alucinaciones

DÍA 6, 7 y 8. La cosa va de mal en peor.

Durante la historia de la humanidad, en muchas ocasiones se ha utilizado como tortura la privación del sueño, desde la “caza de brujas” en la Inglaterra de 1644, hasta la China de S. XIX pasando por los nazis.

Durante los siguientes 3 días se empezó a comprobar por qué la privación del sueño era una tortura perfecta. Muchos eran los síntomas que padecía Gardner, descoordinación, astereognosis, irritabilidad, cefaleas, dolores articulares, falta de cooperación, lapsos de memoria, incapacidad para concentrarse, desde luego Gardner lo estaba pasando realmente mal. Incluso su capacidad para hablar estaba cada vez más deteriorada. Conforme iban pasando las horas se veía más imposible superar las 260 horas sin dormir.

DÍA 9. Ayuda.

Ya llevaba 9 días sin dormir. Sufría fragmentación de memoria y pensamiento, llegando al punto de no conseguir terminar las frases e incluso tener visión borrosa permanente.

Ese día llegó a casa alguien que ni Gardner ni sus amigos esperaban, el Doctor William Dement, profesor de la universidad de Stanford, más conocido por ser uno de los especialistas del sueño más importante de Estados Unidos.
Su llegada era debida a que había escuchado hablar del experimento que estaban haciendo los 3 chicos, y más en concreto Gardner, ya que el mismo, y de forma voluntaria, se había expuesto al insomnio., y esto era algo muy curioso, ya que al ser un experto en el sueño, no había escuchado hablar nunca de alguien, que por cuenta propia se hubiera expuesto a tal suceso. Era tal el interés que sentía el Doctor Dement, que no titubeo un segundo a la hora de decidir recorrer los 800 km que separaban Stanford de San Diego para conocer al joven Gardner.

Fotografía real del Doctor William Dement

Día 10 y 11. El tramo final.

Estos dos últimos días fueron, desde luego, los peores para los 3 jóvenes y el Doctor Dement.
Gardner decía estar escuchando la radio cuando en realidad no había ningún tipo de sonido en la habitación. A pesar de ello, en todo momento estaba controlado por Dement, con cuidados adecuados y observaciones constantes, de manera que no hubo grandes problemas.
El 8 de enero de 1964, Gardner cumplió 264 horas sin dormir, y justo en ese momento, ya había superado por 4 horas el record mundial de manera que sucedió lo inevitable, Gardner se fue a dormir.

Durmió durante 14 horas seguidas y se despertó de forma natural. Al despertarse, Dement y sus 2 compañeros le llevaron al Hospital Naval de San Diego donde lo atendió el neurólogo John Ross.
Ross detectó graves problemas de alteraciones cognitivas y conductuales a corto plazo, pero con el paso de los días desaparecieron.

Actualmente, el record de Gardner sigue en pie, nadie le ha superado. Gracias a diversos experimentos con animales, la muerte llega tras 3 o 4 semanas de privación del sueño, ya que el sistema inmune se altera llegando a atacar al cuerpo produciendo incluso lesiones en la piel.

La conclusión que podemos llegar a sacar después de dicho experimento, es que, desde luego, estar sin dormir durante mucho tiempo es totalmente un calvario, tanto para la persona que la sufre, como para las personas que están a su alrededor. Y llegando a responder al titular del artículo, ¿qué pasa si dejas de dormir por completo?, la respuesta es que todo se acaba.

Es imposible dejar de dormir. Puedes estar cierto tiempo sin dormir, pero el organismo hay en un punto que necesita dormir, y en caso de negarse a ello, finalmente puede acarrear la muerte.

Fotografía real de Gardner

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