Espermatozoides

La fecundación de ovocitos en metafase II por espermatozoides con daño en el DNA podría conducir a alteraciones en el desarrollo embrionario, fallo de implantación y un aumento en la tasa de aborto. Algunos ovocitos presentan mecanismos de reparación intactos y tienen la capacidad de reparar el DNA dañado, Sin embargo hay otros ovocitos cuyos mecanismos de reparación no funcionan como son los de aquellas mujeres con edad avanzada, los que hayan sido dañados por tóxicos endógenos como los radicales libres o por tóxicos exógenos como la radiación. En estos casos, los ovocitos no serían capaces de reparar el daño.

 

Un aspecto importante de las implicaciones clínicas del estudio de la integridad del DNA espermático está relacionado con el grado de fragmentación de DNA que se encuentra en espermatozoides testiculares frente a espermatozoides del epidídimo en oligospermias y azoospermias obstructivas. Cuando el grado de fragmentación de DNA a nivel testicular es significativamente inferior al del epidídimo, se recomienda obtener espermatozoides testiculares ya sea por la técnica de TESA (aspiración espermática testicular) o TESE (extracción espermática testicular). Se recurre a estas técnicas cuando la fragmentación del DNA es a nivel postesticular y se ha producido por un estrés oxidativo en el epidídimo. El daño potencial de DNA que los espermatozoides pueden experimentar a su paso por el epidídimo tiene una gran trascendencia clínica, ya que en casos de valores elevados de fragmentación de DNA en semen y fallo en dos o más ciclos de fecundación in vitro FIV/ICSI podría recurrirse a la microinyección de espermatozoides testiculares obtenidos mediante la técnica TESA o TESE, preferiblemente TESA ya que es menos invasiva y tiene mayor aceptación por parte del paciente.

Aquellas parejas que presenten un fallo repetido de embarazo y abortos de repetición en TRA (técnicas de reproducción asistida) se usarán los tests de fragmentación de DNA como método de diagnóstico. Los tests utilizados para la determinación de daño de DNA en los espermatozoides son: TUNEL (Terminal deoxynucleotidyl transferase dUTP nick end labeling), DBD-FISH (DNA Breakage Detection Fluorescence In Situ Hybridization) y SCD (Sperm Chromatin Dispersion). Los dos primeros miden el daño real de DNA a pH neutro mientras que el test SCD mide el daño potencial de DNA o puntos lábiles de rotura al tratamiento ácido o alcalino y su susceptibilidad a la desnaturalización del DNA.

La microinyección de espermatozoides eyaculados con valores de TUNEL > 15% dieron una tasa de embarazo por ciclo del 5,6%, mientras que la microinyección de espermatozoides testiculares con valores de TUNEL < 6%, en los mismo pacientes, tuvieron como resultado una tasa de embarazo del 44,4%.

 

Test SCD

El test SCD se basa en el hecho de que un espermatozoide con las cadenas de DNA intactas produce un desenrollamiento de los bucles de DNA, empaquetados en la matriz nuclear, tras haber sido expuestos a un tratamiento ácido, evitando de esta forma el desenrollamiento en zonas fragmentadas, seguido de un tratamiento con agentes reductores y detergentes que se encargan de desnaturalizar el DNA no fragmentado.

test SCD, zonas fragmentadas y normales

Este desenrollamiento produce un halo alrededor de la matriz nuclear en espermatozoides no fragmentados o normales que se observa bajo el microscopio óptico tanto de campo claro (imagen a) como de fluorescencia (imagen b). Por el contrario, si una de las cadenas de DNA está dañada (fragmentada)  no se produce el halo y se observan núcleos condensados.

Como cabría esperar, en TRA se recomienda el uso de tests que midan el daño real, porque tienen mayor valor predictivo que los tests que miden el daño potencial ya que éstos no se correlacionan con las tasas de fecundación in vitro.

¿Va a afectar al desarrollo posterior del embrión ese pronúcleo masculino en el cual hay cadenas de DNA potencialmente dañadas? La respuesta reside en varios factores como el número de ovocitos obtenidos, la capacidad del ovocito para reparar este daño, si existe daño real o daño potencial y si están afectados intrones o exones.

 

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