Desde el comienzo de la crisis económica (allá por el año 2.008), todos los sectores se vieron resentidos, pero el sanitario fue, quizá, uno de los más afectados. La industria farmacéutica, en concreto, perdió bastante financiación en investigación y desarrollo (I+D).

Sin embargo, esta industria se va recuperando poco a poco, invirtiendo, durante el año 2.016, 1.085 millones de euros en investigación y desarrollo, un ocho por ciento más con respecto a la inversión del año anterior y la mayor cifra desde que comenzara la recesión económica.

De la cantidad anterior, más de la mitad (577 millones de euros) se dedicó a ensayos clínicos; 150’7 millones de euros a investigación básica; 70 millones a investigación galénica y 63 millones a investigación preclínica. Asimismo, las propias compañías designaron 55 millones a desarrollo tecnológico, mientras que los estudios de epidemiología, postautorización y farmacoeconomía supusieron una inversión de 106 millones de euros.

 

Tendencia positiva en los tres últimos años

Tras varios años de caídas, los tres últimos muestran una tendencia positiva con los incrementos registrados en el gasto en I+D en este tipo de empresas, líderes en I+D industrial en España y considerado como uno de los países de Europa con mejores condiciones para albergar laboratorios de investigación clínica. Así, en 2.004 el gasto se incrementó un 2’4% y en 2.005 un 5’7%.

Este incremento en la inversión en investigación y desarrollo se debe, sobre todo, al aumento de los fondos de financiación que las empresas farmacéuticas han destinado a proyectos desarrollados en colaboración con hospitales (tanto públicos como privados) y centros de investigación.

De hecho, durante el ejercicio pasado, este tipo de inversión (conocida como “extramuros”) creció un 18 por ciento, hasta situarse en 492 millones de euros, que suponen un 45% del total de la inversión. En cambio, la inversión “intramuros” se mantuvo prácticamente inalterable (creció sólo un 0’7%).

 

Mayor inversión en ensayos clínicos complejos

También ha aumentado la inversión en ensayos clínicos en fases tempranas (fases I y II), más complejos en cuanto a la investigación y que permiten el acceso de los pacientes a nuevas terapias de forma precoz. En 2.006, los mencionados ensayos representaban el 29% del total de la investigación clínica. Diez años después, en 2.016, pasaron a suponer un 33%. Asimismo, los ensayos de fase III (que se realizan para comparar la eficacia y seguridad de nuevos tratamientos con los fármacos vigentes) suponen un 55% del total de investigaciones.

Otro de los campos de la investigación cuya inversión también ha experimentado un fuerte crecimiento es el de la biotecnología. En 2.016 su financiación fue de 265 millones de euros mientras que el año anterior se invirtieron 252 millones.

 

Más empleo en el sector

El empleo en el sector de la investigación farmacéutica también se ha visto favorecido en los últimos años, especialmente en este último en que se experimentó un crecimiento del 3’4 por ciento de contrataciones que además corresponden a puestos altamente cualificados: sólo el 86% de los profesionales que se dedican a la I+D en el sector farmacéutico son titulados superiores, es decir, licenciados y doctores.

 

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