Una parte del cuerpo tan simple como la lengua tiene mucho que decir de nuestra salud. A pesar de cepillarnos a diario los dientes, no prestamos atención a la apariencia de la lengua. Su falta de limpieza podría traer consigo problemas como la halitosis, las caries y otras enfermedades periodontales, por lo que es muy importante incluir este hábito que no nos llevará más de un minuto en nuestra rutina de higiene diaria.

Para que esté sana y no haya ningún problema bucal, ésta debería ser rosa y estar cubierta de pequeños nódulos (papilas). Si no es así y en su lugar observamos otra tonalidad, bultos o hay algún dolor, deberíamos consultarlo al médico o al dentista y ponerle remedio con algún tratamiento. 

 

Una sencilla rutina diaria basta para prevenir muchas molestias

Una correcta limpieza bucal diaria, realizada una o dos veces al día, puede evitar patologías y mejorar el sentido del gusto. Para ello deberemos cepillar nuestros dientes tres veces al día con una pasta dental fluorada. Después del cepillado usar seda dental y un buen enjuague bucal antiséptico (a ser posible que no contenga alcohol). 

Para combatir la halitosis existen colutorios con agentes antibacterianos, como la clorhexidina o el lactato de zinc. Los primeros eliminan las bacterias que producen los gases malolientes mientras que el segundo los inactiva y consigue que no se desprendan ni produzcan mal olor en la boca. 

Por último, para mantener una higiene oral completa hay que limpiar la lengua. Así reduciremos la placa bacteriana. Podemos hacerlo con el mismo cepillo de dientes, con o sin pasta dental, aunque si lo haces con ella conseguirás el beneficio extra de hacer que tengas buen aliento. No cepilles la lengua con mucha fuerza porque la lengua podría irritarse y salir alguna pequeña herida que pueda provocar alguna infección

También puedes limpiar la lengua con un raspador especial que puede adquirirse en farmacias. Los hay de distintos materiales: plástico (aunque duran menos), metal o silicio. La elección dependerá de la lengua de cada persona. Hazlo con suavidad y de atrás hacia adelante y enjuagando el limpiador cada vez que se pase por la lengua. Y no olvides acudir al dentista al menos cada seis meses para cuidar la salud de tu boca.

 

Distintas afecciones de la lengua

Si tu lengua está blanquecina o tiene puntos blancos podrías tener:

-Candidiasis oral: es una infección por hongos que se caracteriza por la aparición de parches blancos en la lengua. Muy frecuente en niños, mayores, diabéticos y personas que toman esteroides inhalados para el asma.

-Leucoplasia: cuando las células de la boca crecen en exceso pueden desarrollarse parches blancos en la lengua y dentro de la boca.

-Liquen plano oral: son una red de líneas blancas, aunque pueden desaparecer por sí solas.

Si está roja podría ser un indicador de:

-Falta de vitamina B12 y ácido fólico.

-Fiebre escarlata: una infección que produce fiebre alta y una apariencia en la lengua como la de las fresas (roja y con puntitos). Se necesitan antibióticos para tratarla.

-Enfermedad de Kawasaki: es parecida a la anterior pero se da en niños menores de 5 años y requiere una atención médica inmediata.

-Lengua geográfica: esta infección produce un mapa de puntos rojizos en la lengua. No suele doler.

Por el contrario, podría ser negra y “peluda” (en cuanto al crecimiento de las papilas), lo que es característico en personas diabéticas, las que toman antibióticos o las que reciben quimioterapia. También se suele dar en personas que no mantienen una buena higiene dental.

Si presenta bultos dolorosos, podría ser causa de tabaquismo, heridas ulcerosas o un cáncer oral.

 

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