Más duraderas o menos, abundantes o no, con dolor o sin él, todas las mujeres en edad fértil tienen que sufrir unos días al mes la llegada de la menstruación. Y seguir llevando una vida totalmente normal en la que combinar el trabajo, otras tareas y quehaceres y vida ociosa a pesar de la incomodidad o los dolores que provoca. Sin embargo, es posible que algo de esto cambie… al menos en Italia.

El gobierno italiano debate durante estos días otorgar una baja laboral remunerada de tres días a las mujeres con reglas dolorosas. La Cámara de los Diputados está estudiando una propuesta de ley para regular las bajas a causa de la menstruación, presentada por varias parlamentarias del Partido Demócrata.

Evidentemente, no podrían disfrutar de esta medida todas las trabajadoras: sólo se podrían acoger aquellas que aporten un certificado médico (que deberá ser renovado anualmente) que corrobore que su menstruación es dolorosa. En términos médicos se conoce a estos dolores como dismenorrea.

Afecta a entre el 60 y el 90% de la población femenina, aunque sólo en algunos casos la intensidad del malestar es tan fuerte que invalida a la mujer. En ocasiones puede venir acompañado de fuertes dolores pélvicos y abdominales. También de dolor de cabeza, náuseas, mareos, desmayos, dolor en la parte baja de la espalda o alteraciones hormonales (ansiedad, depresión o irritabilidad). Además de estos síntomas, durante la regla se expulsan coágulos de sangre. 

Los anticonceptivos y los antiinflamatorios, como el ibuprofeno, pueden paliar los síntomas, si bien hay que tener cuidado con el ibuprofeno, ya que el flujo menstrual se puede complicar o prolongar debido a su efecto anticoagulante

 

Consecuencias positivas... y negativas

Nadie puede discutir que esta medida podría ser positiva para las mujeres trabajadoras. Algunas personalidades y medios de comunicación califican esta propuesta de ley como “un estandarte del progreso y de la sostenibilidad social”. En gran parte supone un gesto más humano y de apoyo con las mujeres que sufren dismenorrea. Con este derecho las empresas podrían tratar mejor a sus trabajadoras: como seres humanos y no como a máquinas o robots, lo que las haría sentir mucho mejor, más afines a su trabajo y a la empresa y supondría una mejora del rendimiento laboral.

Pero también podría traer consecuencias negativas para todas las mujeres en general (padezcan dismenorrea o no). Ya de por sí se las califica como el sexo débil, así que si la medida se aprueba, podría reforzar más si cabe los estereotipos sexistas y los tabúes sobre los cambios emocionales y hormonales durante esos días. 

Además, podría provocar que los empresarios prefieran contratar a hombres en lugar de a mujeres. También podrían verse afectadas en términos salariales (no recibir aumentos de salario o disminuciones de salario, por ejemplo) o de ascenso, en que podrían ser penalizadas y no conseguir tan ansiado logro. 

 

La medida en otros países

Parece que los asiáticos nos llevan años de ventaja (no sólo en lo que a tecnología y motor se refiere). Esta política se aplica en Taiwán (desde 2013), Corea del Sur (aprobada en 2001), Indonesia (1948) o Japón. Este último fue pionero en ello: la ley nipona contempla el derecho a la baja por dolores menstruales desde 1947. Si el Parlamento italiano aprueba la medida, sería el primer país occidental en hacerlo. 

¿Podría implantarse una política similar en España? Es complicado, pues parece que aquí todavía falta mucha tolerancia y más mentes abiertas respecto a temas controvertidos. Con la llegada de la copa menstrual hubo debate, que aún continúa en la actualidad.

 

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