La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel, producida como consecuencia de reacciones inflamatorias de patogenia inmunológica, en la que están implicadas en muchos casos reacciones de hipersensibilidad a diferentes antígenos. Se da mayoritariamente en niños con predisposición genética o con antecedentes personales o familiares de asma, rinitis y alergia alimentaria.
Las características de esta patología son el prurito, manifestaciones características de inflamación cutánea de evolución crónica, con fases de mejoría y exacerbaciones, simétricas y con distinta expresividad según la edad y la intensidad.
El prurito es el síntoma que domina y su intensidad puede acarrear problemas de sueño, irritabilidad, trastornos del comportamiento, deficiencia de atención e hiperactividad condicionando la calidad de vida del niño y la de su familia.
Existen factores que pueden empeorar los síntomas de la dermatitis atópica como:
- Alergias al polen, moho, los ácaros del polvo o los animales.
- Resfriados, gripe y aire seco en el invierno.
- Contacto con materiales irritantes y químicos, materiales ásperos y algunos tejidos.
- Piel reseca.
- Estrés emocional.
- Exceso de baños o duchas, nadar en piscinas.
- El abuso de jabones que resecan la piel en exceso.
- Enfriarse o acalorarse demasiado, al igual que cambios súbitos de temperatura.
- Perfumes, tintes o excipientes agregados a las lociones o jabones para la piel.
Aumento de casos de dermatitis atópica.
Entre un 5% y un 7% de la población adulta y entre un 10% y un 20% de los niños en España padecen dermatitis atópica y se trata de una patología que se ha visto incrementada en un 200-300% en los últimos años. Se trata de la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, suele comenzar antes de los 6 meses de edad y mejora en un 80% antes de la adolescencia
Las posibles causas y factores que se barajan para el aumento de la incidencia de esta patología son:
- Los entornos urbanos donde la contaminación es elevada y los climas fríos son causa conocida de aumento del riesgo. Existe un estudio comparativo con niños jamaicanos que vivían en Londres frente a los que vivían en Jamaica y los casos en los niños londinenses era casi del doble.
- Las madres que tienen mayor edad al dar a luz presentan mayores probabilidades de que su hijo sufra dermatitis atópica, si se compara con los datos de las madres de menor edad.
- Hábitos occidentales: hay teorías que apuntan a que al estar los niños más vacunados, están menos en contacto con agentes externos y el sistema inmunológico parece que se defiende contra sustancias que no deberían causar ningún problema en personas que no son alérgicas.
- Otros hábitos occidentales: el exceso de higiene, ya que se elimina la barrera cutánea y aparece con más frecuencia sequedad de piel, eccemas de contacto y más brotes de dermatitis atópica.
Lo fundamental en esta patología es acudir al dermatólogo y seguir el tratamiento para evitar la sintomatología tan molesta y que pudiera acarrear problemas mayores como sobreinfecciones de la piel. En estos casos también es muy importante la prevención utilizando jabones y cremas que hidraten suficientemente este tipo de pieles.