nutrición complementaria durante la lactancia

El primer año en la nutrición infantil es crucial para el desarrollo del bebé y los padres han de saber acompañarles en este camino. Al ser esta etapa tan importante para toda la familia, conviene saber cuál es la mejor forma de ocuparse de la nutrición del bebé y de qué manera se pueden ir introduciendo alimentos en su dieta.

Durante los primeros seis meses, el recién nacido recibe gracias a la lactancia materna todos los nutrientes esenciales que necesita para su primer desarrollo e inmunización temprana. La OMS considera que es la forma adecuada de asegurar un crecimiento saludable para el bebé y recomienda la introducción de alimentación complementaria solo a partir de los seis meses.

Alimentación complementaria

La alimentación complementaria se refiere al aporte progresivo de alimentos en la dieta del bebé que complementa a la lactancia a partir de los seis meses de vida. Aunque el momento de inicio varía de un niño a otro, todos pasan por un proceso de aprendizaje que les llevará a descubrir sabores, texturas y olores nuevos.

Al principio, la alimentación complementaria tiene que acompañar la dieta del bebé junto con la leche materna y este aporte inicial debe consistir en una dieta lo más blanda posible, en forma de purés, papillas o cremas. De esta forma, se acostumbra al bebé a las nuevas texturas y se evita que se atragante en el futuro.

Aunque siempre hay que seguir las recomendaciones del pediatra, a continuación se enumeran unas pautas orientativas sobre nutrición infantil y la alimentación complementaria durante el primer año de vida.

Cereales

Entre los cuatro y los seis meses, siempre empezando con pequeñas cantidades de cereales sin gluten y aumentando de forma progresiva. Se pueden introducir en la dieta tanto en el biberón junto con la leche como en forma de papilla más adelante. 

Frutas

A partir de los seis meses se pueden introducir frutas, a ser posible bastante maduras o cocidas previamente. Siempre en forma de puré o trituradas, empezando con manzanas, peras o plátanos. 

Verduras

Al igual que las frutas, se recomienda comenzar con una sola verdura, y si se tolera bien, añadir otras. También en forma de puré y a partir de los seis meses. Calabacín, patatas, judías verdes o zanahorias son una buena elección. La carne y el pescado se pueden añadir triturados a los purés de verduras, siempre prefiriendo el pollo o el pavo y optando por pescados blancos.

Yema de huevo

A partir de los diez meses, se puede introducir la yema cocida, empezando por un cuarto, hasta completarla entera si la tolera bien. Se puede dar un huevo entero a partir de los doce meses, aunque no es recomendable más de dos huevos por semana.
 

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