Con todos los productos de higiene y belleza siempre suelen surgir controversias sobre si su uso es perjudicial para la salud o no. Los desodorantes antitranspirantes no se libran de la polémica, a pesar de que su uso resulta fundamental por motivos de higiene y buena presentación.


Los dermatólogos afirman que, hablando en términos de piel sana y normal, no son malos. Sin embargo, sí se consideran perjudiciales para aquellas personas que tengan la piel sensible, atópica o cualquier enfermedad de la piel que afecte a los pliegues ya que, este tipo de productos reducen la hidratación natural de la piel, lo que puede ocasionar picor e irritaciones. En ese caso, habría que estudiar cada caso individualmente.


¿Cómo funcionan los desodorantes antitranspirantes?

Los desodorantes antitranspirantes controlan la sudoración gracias a su contenido en sales de aluminio (además de perfumes, alcohol y productos antimicrobianos). Dichas sales sirven para reducir la cantidad de sudor que se libera a la superficie de la piel a través de las glándulas sudoríparas, formando una película que ocluye el orificio de la glándula. De este modo, el sudor queda retenido en la glándula o sale más lentamente (dependiendo de la sudoración de cada persona).


Este tipo de cosméticos se aconsejan primordialmente para personas que padezcan hiperhidrosis (exceso de sudoración) o bromhidrosis (sudoración con mal olor). Sin embargo, los dermatólogos advierten que si se usa a diario pueden producir una sequedad excesiva de la piel con picor y enrojecimiento y, a la larga, favorecer la aparición de eccemas irritativos que requieren corticoides para curarlos.


Aunque se recomienden para personas con exceso de sudoración o cuando ésta huele mal, hay que tener en cuenta que estos desodorantes no ocluyen de manera total los orificios (sino de una manera parcial). Los especialistas señalan que de ser así (que sí ocluyan totalmente los orificios), estos pacientes no requerirían tratamientos para la sudoración, como la infiltración de toxinas botulínicas o una intervención para eliminar los ganglios nerviosos causantes de la sudoración.


Los expertos explican que la sudoración es importante porque es el mecanismo que tiene el cuerpo humano para regular la temperatura del mismo. Si la temperatura corporal se eleva, el sudor permite eliminar parte del calor por evaporación. En caso de no existir el sudor, una persona puede sufrir golpes de calor, mareos, desmayos, hipertermias o, en casos extremos, la muerte. 


¿Puede favorecer el cáncer de mama?

Otro debate sobre el uso de este tipo de desodorantes gira en torno a la posible vinculación con el cáncer de mama. Actualmente, sólo existen unas pocas publicaciones científicas que establecen que su nivel genotóxico es bajo.

Los dermatólogos señalan, además, que este asunto aún sigue siendo controvertido porque no hay datos científicos suficientes para relacionar a estos productos con el cáncer de mama al no haberse hallado datos importantes sobre el grado de penetración de sus partículas en la piel. Para ello se necesitan estudios científicos bien diseñados, no sólo hipótesis y opiniones extraídas de foros cibernéticos.

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